Xalapa, Equez., Ver., lunes 15 de marzo de 2010.
Afirmó Rafael Estrada Michel, de la Escuela Libre de Derecho
Cumplir leyes atroces va
en contra de la justicia
• En el modelo estatalista la nación –mediante el congreso de representantes– puede hacer lo que le dé la gana con las libertades
• La responsabilidad de los abogados es buscar la justicia y vigilar que las leyes sean realmente la expresión libre y solemne de la voluntad general
Marcelo Sánchez Cruz
“Cuando la legalidad usurpa el lugar de la justicia, el Estado está en problemas; ¿para qué se tiene una Constitución si la clase política, en sustitución de la voluntad general, puede hacer lo que quiera con los derechos individuales y promulgar leyes que van en contra de los intereses del pueblo?”, expresó Rafael Estrada Michel, catedrático de la Escuela Libre de Derecho.
En la conferencia magistral “El modelo estatalista frente a la cultura constitucional”, ofrecida en el marco del Primer Coloquio Iberoamericano Estado Constitucional y Sociedad, realizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV), el jurista con doctorado en Historia del Derecho Constitucional por la Universidad de Salamanca aseveró que el atraso en la cultura política mexicana se deriva en buena parte de la focalización histórica en el modelo de justicia constitucional, enfrentado a un modelo de sustentación teórica de las libertades individuales.
“La fundamentación estatalista es el criterio en el que nos hemos desenvuelto en los últimos 200 años: un modelo en que el Estado crea las libertades y las otorga; el problema es que graciosamente las otorga y de la misma manera, arbitrariamente, las puede revocar, entonces la nación usurpa, con su aparato de Estado, las potestades del pueblo”, explicó.
Estrada Michel afirmó que al seguir los modelos establecidos por la Revolución Francesa se creó un aparato de Estado legicentrista, que colocó a la ley en lo más alto de la pirámide normativa, teniendo que obedecerla dijera lo que dijera, aun si ésta fuera en contra de los intereses de los ciudadanos.
“Esto nos hace creer que el legislador lo puede todo desde su silla privilegiada; gracias a que en el modelo estatalista la nación –mediante el congreso de representantes– puede hacer lo que le dé la gana con las libertades, y éste es el verdadero problema jurídico de este orden, obligando a cumplir leyes atroces que van en contra de la justicia”, aseveró.
Rafael Estrada afirmó que debido a esta estructura, el aparato estatal no ha podido garantizar que los derechos fundamentales del individuo no sean vulnerados, e instó a los nuevos juristas a asumir una responsabilidad en el establecimiento de una legalidad que atienda a la verdadera justicia.
“El Estado, que ha servido para muchas cosas, no ha podido autocontenerse a la hora de respetar las libertades, yendo en muchas ocasiones en contra de ellas, y corregir esta situación es a lo que están llamados ustedes, los juristas, y más los que se dediquen al derecho constitucional.”
En el mismo orden de ideas, definió las características y responsabilidades que los practicantes del derecho debieran tener.
“El jurista debe ser un personaje incómodo al poder político, que cuestione los errores del Estado; esta licenciatura, que le hemos llamado modernamente Derecho, es una licenciatura en justicia, que debe procurar un orden justo, por lo que nuestra obligación como abogados es buscar la justicia y vigilar que las leyes sean realmente la expresión libre y solemne de la voluntad general”, concluyó.
Pie de foto
Rafael Estrada Michel, catedrático de la Escuela Libre de Derecho.
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